Decidió abandonar, y confuso no encontró nada que recoger,
nada que guardar en el equipaje. Descubrió que ese horizonte,
al que ansiaba llegar, era un destino cada vez más lejano.
Decidió abandonar, desandar el camino,
pero aturdido no halló huellas de su paso,
ni cenizas que barrer de lo que alguna vez creyó que había sido fuego.
Decidió abandonar, y perplejo sintió que nunca había sido.
Jamás había estado allí.
Sentir y vivir la irrealidad. Escapar y abandonarse en lo auténtico, forjándolo, aunque el resultado no convenza, pero es nuestro y es lo que hay...
martes, 18 de junio de 2013
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Poético muy poético, aunque triste, deja un regusto a desesperanza, a abandono, aún así, bello.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tristeza y soledad es lo que sugiere. Espero leerte la próxima vez el los jueves.Un abrazo.
ResponderEliminarLo entiendo, después de muchos fracasos sin conseguir el objetivo es lícito abandonar, pero antes hay que haber vivido, y dejar un rastro de tu paso...Me gusta,aunque es triste.
ResponderEliminarEncantada de leerte.
La vida a veces, nos regala cambios en forma de tristezas, pero no sabemos qué nos encontraremos despues. Precioso relato, no se puede decir más en pocas lineas. Enhorabuena!
ResponderEliminarUn abrazo.