sábado, 27 de junio de 2015

¿Acaso la vida le había dado la espalda?.

El murmullo de la soledad la visitaba en ocasiones y esa noche nuevamente la empujó a salir. Vestida de melancolía se sentó en la terraza junto a un joven al que no dejaba de observar; y mientras lo hacía, sin que él se percatara, no pudo evitar viajar al pasado.

A su cabeza regresaron reproches, besos perdidos que no se habían dado y las inevitables lágrimas del fracaso. Epílogo de un amor agotado...

No contaba con suficiente ilusión para volver a empezar. El escenario no era nuevo para ella, y una vez más, al sentir la asfixia, se levantó y salió atropelladamente a la calle.

Paralizada, recordó la amargura de la soledad vivida en pareja.  Respiró con intensidad. A partir de ese momento algunos transeuntes pudieron advertir en su rostro una gran sonrisa que fue su compañia esa noche de vuelta a casa.

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